Entrevista Sor Ángela Gutierrez

Sor Ángela Gutiérrez, Hermana Hospitalaria, que desarrolla desde hace 30 años la misión hospitalaria en nuestro centro de Kinshasa, nos relata que ha supuesto para ella haber sido propuesta por La Fundación El Pájaro Azul para el premio Princesa de Asturias a la concordia 2020.

¿Cómo se siente? ¿Qué significa para ti haber sido propuesta a este galardón tan importante?

Me pregunto quién soy yo para este galardón, pero viendo el trabajo que hay que hacer sería una gran ayuda para poder sacar a mucha gente de la calle.

Soy una humilde persona que vine a la República Democrática del Congo (RDC) con una misión (“ayudar al enfermo mental”). Viendo tanta necesidad, no poder hacer un poco más es para mí una espina en el corazón.

¿Cuándo empezó su misión hospitalaria en Kinshasa?

Llegué en 1989 a Kinshasa y enseguida otras religiosas me ayudaron a acercarme y a tomar contacto con la misión que teníamos encomendada.

¿Qué significó la creación del Centro de Salud Mental “Telema” para el país?

El Centro Telema ha sido la salvación para este pueblo, ya que para ellos no existía nada. Necesitaban de esta ayuda, acogida y acompañamiento. Hoy en día el centro Telema es la referencia de la RDC y de los países que la rodean cercanos.

¿A cuántas personas atiende el centro? ¿Con cuántos profesionales, voluntarios y hermanas lo componen en la actualidad?

En el centro Telema trabajamos 23 profesionales y 10 hermanas.

En cuanto a los voluntarios, hemos creado un grupo que llamamos Familia Hospitalaria. Estos son todos voluntarios y de todas las edades, padres, madres, jóvenes, y estudiantes. Tenemos encuentros todos los meses y un domingo al mes lo pasamos en la calle. Nos repartimos en pequeños grupos por la capital (Kinshasa) para poder centrarnos en los enfermos “errantes” (abandonados), y ver cómo los podemos ayudar, también buscamos a sus familias, para que vengan al centro a curarse.

Esto es un trabajo difícil ya que ellos creen que no están enfermos… Para ellos queremos tener un lugar, un “hospital de día”, para poderles acogerles y ayudarles a recuperar su dignidad, además de buscar a sus familias y lograr su reinserción en la sociedad.

Actualmente tenemos en nuestra comunidad 4 camas al servicio de las mamás y sus bebés que de otra forma vivirían abandonadas en las calles. Con la autorización de las autoridades de la Comuna (Distrito), disponemos de 3 meses para que esa persona “recupere” su salud y busquemos a su familia. Esto lo hacemos desde el año 2.000. Actualmente soñamos con poder acoger tanto con hombres como con mujeres, pero para lograrlo necesitamos ayuda.

Hemos creado un taller ocupacional gratuito para los enfermos con espacio para 40 personas donde pueden, por ejemplo, aprender a coser. Las tareas que realizan les permiten aprender, sentirse útiles, y ganar algo de dinero para ellos.

Otro sueño que esperamos que se haga realidad es el próximo taller ocupacional, donde podremos acoger a todas aquellas personas que viven en las calles.

Soy una persona bastante creativa y sin miedo. Quiero enseñarles a hacer churros, tortilla española…, y otras cosas que les pueden ayudar a vivir como las demás personas.

Sor Ángela, ¿Cuáles han sido los principales hitos en la evolución del centro?

Para mí el mayor logro ha sido conseguir que la población haya comprendido que la enfermedad mental es una enfermedad como tantas otras y no fruto de malos espíritus. La gente nos llama y nos desplazamos una vez al mes a Kisantu, a 200km, y a Nsele, a 80km. Lo hacemos para ayudarles mejor, ya que los medios de transporte son malos y caros. La RDC es muy grande.

¿Cuáles son las principales líneas de actividad del centro?, y ¿cuáles son las principales patologías de las personas que atienden?

El centro provee servicios ambulatorios de consulta, farmacia especializada, psicología, seguimiento de los enfermos,  sensibilización en las escuelas y una radio. Además, se realizan exámenes de electroencefalogramas, el seguimiento de los enfermos en el taller ocupacional, y visitas a las familias.

Las enfermedades que atendemos son todas las del ámbito de psiquiatría (esquizofrenia, la epilepsia y sus circunstancias, depresión, problemas conductuales, toda clase de psicosis). 

¿Por qué etapas pasan los pacientes desde que ingresan en el centro hasta que se recuperan?

Hay que tener en cuenta que vienen en muy malas condiciones, porque primero han intentado deshacerse de los “malos espíritus” que ellos creen que les causan esas enfermedades. Otras veces vienen después de haber pasado por “grupos de oración” que pretenden curarles.

Cuando llegan al centro han pasado por muchas manos y llegan muy agitados y agresivos. Las familias les traen cuando su estado es grave y lo primero que hacemos es calmar al enfermo. Después pasan a la consulta y se le da tratamiento. A las familias se les anima a que respeten el tratamiento y la fecha de la nueva cita para su seguimiento, hasta que el enfermo recupera la salud. También se les invita a venir a aprender al taller ocupacional.  

¿Qué actividades destacarías en el proceso de recuperación de los enfermos?

Creo que es muy importante la función del centro ocupacional, con el que conseguimos que se sientan útiles; así es más fácil volver a integrarles en la sociedad. Por ejemplo, a las mujeres les buscamos empleos en el pequeño comercio (venta de carbón, arroz, sal) para que ganen su propio dinero.

Hay otros medios que necesitamos para obtener mejores resultados en la recuperación de los enfermos, por ejemplo:

– Un laboratorio, pues una infección puede dar trastornos mentales (por ejemplo, fístulas obstétricas).

– Una máquina para hacer electroencefalogramas, pues es muy necesario sobre todo para los niños epilépticos.

– Un hospital de día para dar acogida a los enfermos de la calle y para que puedan estar acompañados, puedan lavarse, comer… y quizás empezar el tratamiento. De esta manera, podríamos obtener la dirección de sus familias e ir como asistentes sociales a buscarlas. Las familias son fundamentales para lograr la recuperación de los enfermos.

Y para terminar, la última pregunta para Sor Ángela Gutiérrez. Si finalmente fuera premiada, ¿a quién se lo dedicaría?

Se lo dedicaría a los enfermos y lo destinaría a cubrir todas las necesidades que tenemos: el laboratorio, el centro de acogida u hospital de día, la ampliación de talleres ocupacionales (por ejemplo con un taller de cocina)…

Gracias a Sor Ángela Gutiérrez por esta magnífica entrevista.

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